viernes, 17 de mayo de 2013

DESUBICADO

No cabo ni quepo
no es cuestión de gramática
Nunca he cabido
ni queperé

viernes, 25 de enero de 2013

¿De qué realidad habla el realismo?

Cuando se habla de realismo en el arte se tiende a entrar en una confusión de nombres y épocas, y en un cúmulo de contradicciones. Es más o menos sencillo entender que es el surrealismo, el expresionismo o el cubismo, pero con el realismo nos encontramos con definiciones contradictorias, ademas de la confusión que añaden los distintos sub grupos. Realismo socialista, realismo sucio, neorrealismo, etc.
En definitiva, el problema del realismo, es el mismo que el de la realidad. Podemos considerar que realista sería toda aquella obra de arte que pretenda reflejar la realidad.
Ahora bien, ¿qué realidad? Probablemente la realidad no sea la misma para un militante de la Cámpora que para un macrista anti K para recurrir a un ejemplo sencillo y burdo.
Para que nos vayamos entendiendo, todo intento de reflejar la realidad empieza por una idea acerca de la realidad. Por lo que peligrosamente podemos llegar a la conclusión de que todo realismo tiene por detrás, (o al costado, o adelante, que sé yo) una ideología. Digamos mejor, implica una ideología.
Así, podemos encontrarnos con alguien que piense que la realidad es que la mayor parte de la población es explotada por una minoría y entonces quizás escriba una novela, o una obra de teatro donde se muestre la forma en que los explotados viven engañados y alienados siguiendo pautas que en realidad favorecen a sus enemigos hasta que tomen conciencia de esa alienación y logren así la liberación.
O, por el contrario, ver a alguien que piensa que la realidad es esa cosa aburrida, repetitiva, rutinaria que vivimos diariamente, que nunca pasa nada interesante, que nada tiene sentido ni importancia y entonces filmará una película en donde algunos personajes se aburren durante una hora y media.
No voy a seguir con los ejemplos, porque me imagino que si todavía están leyendo esto es porque se les pueden ocurrir millones de ejemplos sacados de sus lecturas y películas que hayan visto.
Me permito formular una pequeña paradoja, bien podría ser que un artista haga una obra que considere realista y que parte de su público la considere ciencia ficción. Probablemente Daniel Johnston (cualquier cosa googleen y lo encontrarán en cuestión de segundos) pensara que sus canciones eran realistas. Y por qué no alguien podría muy irónica y posmodernamente, armar una obra de teatro con el estilo naturalista del siglo XIX o con el estilo de Tito Cossa, sólo para burlarse de su pretensión de reflejo de la realidad.
Ah, cómo? Que ya lo hicieron? Pucha, siempre llego tarde.